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Éste volumen de estudios es un merecidísimo homenaje a Salustiano de Dios. Sus autores le trataron desde hace mucho tiempo (el uno desde el comienzo de la licenciatura, allá por 1968, la otra al iniciar la preparación de la tesis doctoral, en 1992) y, tras tantos años de convivencia casi diaria en la Facultad de Derecho salmanticense, le conocieron en profundidad, con sus luces y sus sombras. Destacan los rasgos sobresalientes de su nada simple personalidad procurando, desde luego, por pudor civil no ceder demasiado a los afectos. Es ante todo un hombre bueno, y también tímido y de rica vida interior, defensor acérrimo de sus convicciones (tal vez con excesiva reiteración en sus argumentos). En política, sin ser nunca militante, se opuso, como tantos españoles de su generación (no todos, ni mucho menos) a la dictadura franquista, régimen inicuo y arrasador de la cultura de derechos, y así queremos ahora reconocérselo, y mucho más en los tiempos difíciles que corren en que estas actitudes son consideradas por algunos, en el mejor de los casos, como fruslerías sin importancia. Por lo demás, nuestro homenajeado ha sido, y continúa siéndolo, un hombre honrado e incapaz de maldad así como un buen ciudadano, aspectos fundamentales en toda sociedad democrática.