Después de la euforia del diseño de los años ochenta, en los noventa parece observarse un retorno a una visión más natural y lógica del espacio privado. Los logros de los ochenta se han adaptado a las nuevas estéticas funcionales, cuyos parámetros son la comodidad y la calidad de vida. Este libro muestra algunos de los proyectos más representativos de esta nueva manera de entender el entorno doméstico, fundamentada en la lógica de la distribución y en la profunda relación de la persona y su espacio.