Obligada desde la infancia a la vida monástica, durante una estancia fuera del convento, Maria descubre un mundo diferente. Como si por primera vez abriera los ojos a la luz, a través de las cartas con su amiga y confidente Marianna, describe todo lo que la rodea: los colores, la alegría de la vida en el campo, y desvela sus sentimientos más profundos, el deseo de sentirse viva, el descubrimiento del amor
Hasta que el regreso a su celda-jaula la devuelve a lo gris de una existencia triste y vacía, pero con la conciencia de haber probado el sabor de la libertad y de no ser ya capaz de vivir sin ella. Adaptada en varias ocasiones al cine (la última en 1993 por Zeffirelli) e inspirada en una historia real, esta obra es, además de una denuncia de la condición femenina de su época, una radiografía de la naturaleza humana, «una de esas íntimas historias como dice Verga que nos pasan inadvertidas todos los días». Una voz que nos habla de la libertad y del amor a través de los ojos de su alma cautiva.