Estas cartas de dirección espiritual del célebre Lanspergio constituyen una verdadera joya de la espiritualidad cartujana. Aunque fueron escritas hace ya casi cinco siglos, sorprende constatar en ellas la actualidad de sus valores humanos y divinos; por eso vale la pena ponerlas a disposición de los que buscan a Dios: por su estilo literario directo y puntual, cargado de bellísimas plegarias, hondas meditaciones, variados métodos de oración, exhortaciones, colecciones temáticas de textos de los Padres, e incluso algo de poesía popular. Y por evidenciar en ellas la estabilidad del ideal cartujano.