«Una carta no la escribes para la galería» –dice Ignacio Carrión en el prólogo de sus Cartas a Lola desde USA– «sino que te diriges a una sola persona con quien deseas contrastar ideas y experiencias». Los temas que se abordan en estas cartas son tan variados como los lugares donde fueron escritas hace un cuarto de siglo: Nueva York, Chicago, Washington dc, Nueva Orleans, Atlanta o Cabo Cañaveral. Se leen de un tirón porque se redactaron a vuela pluma, sin tachaduras físicas o mentales y con una poderosa fuerza narrativa. El destinatario de la correspondencia no era el lector habitual de Cambio y Diario 16, periódicos para los que Carrión trabajaba como corresponsal en los EE.UU., sino una mujer llamada Lola, también periodista y por tanto conocedora de los límites y exigencias impuestos por la Prensa escrita. Dichas limitaciones quedan fulminadas en el género epistolar que permite al autor adoptar un tono irónico, directo, provocador e irreverente. Las cartas son divertidas unas, y dramáticas otras. Todas ellas captan la realidad objetiva del instante a través de un filtro subjetivo y personal. Fechadas en 1988 –último año del segundo mandato del presidente Ronald Reagan– estas cartas inéditas, en las que nada se ha alterado a la hora de publicarlas, no son una recopilación de crónicas, reportajes o entrevistas de las muchas escritas por Ignacio Carrión a lo largo de su vida profesional. Son más bien una sucesión de anti-crónicas, anti-reportajes y anti-entrevistas en las que el autor subvierte los géneros periodísticos para dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. Y a su sorprendente capacidad de observación, propia de un viajero escéptico y experimentado. Ignacio Carrión (San Sebastián, 1938) ha ejercido el periodismo durante 45 años casi siempre en el extranjero y para medios tan dispares como la Agencia EFE, Blanco y Negro, ABC, el semanario Cambio 16, Diario 16 y, por último, el periódico El País del que ha sido durante más de tres lustros enviado especial por todo el mundo. Ha publicado infinidad de artículos, crónicas, reportajes y entrevistas. Es autor de tres polémicos volúmenes de Diarios: La hierba crece despacio (2007), Molestia aparte I y Molestia aparte II (2014), y de un ensayo autobiográfico, Alabado sea yo (1998), así como de libros de viajes, India, vagón 14-24 (1977), De Moscú a Nueva York (1989), Madrid, ombligo de España (1984) y Buscando a Marilyn (2008). También ha publicado dos volúmenes de relatos, Klaus ha vuelto (1992) y Pobres mujeres (2010), y cuatro novelas: El milagro (1990), Cruzar el Danubio (Premio Nadal 1995), Desahucio (1996) y Tomates para mi viejo (e-book 2012).