La Biblia es el gran libro del caminar, y la obra que tiene el lector en sus manos es una breve guía del mismo. La historia de la Biblia está poblada de caminantes -Abrahán, Moisés, Elías y, por supuesto, Jesús, «el hombre que camina»- y su trama la convierte en un libro de salidas: del Edén, de Ur, de Egipto, o incluso del sepulcro abierto. Entre los caminos de la Biblia y los de sus lectores, las palabras de la Escritura son lo primero que hay que recorrer: la primera peregrinación es la de la lectura.