Caminar en la Naturaleza supone pulsar una mágica tecla de reseteo emocional, absorber lo espontáneo, captar la energía que nos envuelve. Quizá podríamos llamarlo camiNATURAr, buscar lo que apenas está sometido a lo humano, renovarse disfrutando de las simples pero maravillosas cosas con que nos recompensa la Naturaleza si sabemos observarla. El caminante debe simplificar su vida al máximo, sentirse en paz consigo mismo y el derredor, liberarse de ataduras. Construir vías de escape para los sentimientos, las reflexiones, las sensaciones... Habitáculos para nuevas experiencias y emociones, tal vez los cimientos para un nuevo estilo de vida. El autor, ejerciendo el libre "arte de caminar" tal y como lo entendía Henry David Thoreau, recoge estos y muchos otros hallazgos de su largo peregrinar por los caminos de la Naturaleza.