Cádiz, Edad De Plata documenta la última etapa de una clase social irrepetible en la historia de la ciudad: la burguesía mercantil. Y lo hace a través de un medio, la fotografía, y un autor, Ramón Muñoz Blanco (1874-1960). Corredor de comercio gaditano emparentado con fi guras como la de Juan Álvarez Mendizábal, Fermín Salvochea o Manuel de Falla, su obra tiene como marco cronológico el primer tercio del siglo XX, un momento en que sus clases medias y productoras intentan desarrollar grandes proyectos para transformar la ciudad y hacerla escapar de la crisis socioeconómica de gran parte de la anterior centuria, incluida la traumática y definitiva pérdida colonial de 1898: el derribo de las murallas, el impulso del tráfico marítimo en relación con la Compañía Trasatlántica, el establecimiento del tranvía, el asalto urbanístico a Puerta Tierra, la celebración del Centenario de la Constitución de 1812 y la potenciación de fiestas y eventos como los Carnavales, el Corpus o la Velada de los Ángeles entre otros. En cierta manera, Cádiz intenta vivir una edad de plata donde evocar el brillante pasado dieciochesco, como el metal precioso que habita las fotografías sobre placas de cristal de gelatinobromuro de plata.
Cádiz, Edad De Plata documenta la última etapa de una clase social irrepetible en la historia de la ciudad: la burguesía mercantil. Y lo hace a través de un medio, la fotografía, y un autor, Ramón Muñoz Blanco (1874-1960). Corredor de comercio gaditano emparentado con fi guras como la de Juan Álvarez Mendizábal, Fermín Salvochea o Manuel de Falla, su obra tiene como marco cronológico el primer tercio del siglo XX, un momento en que sus clases medias y productoras intentan desarrollar grandes proyectos para transformar la ciudad y hacerla escapar de la crisis socioeconómica de gran parte de la anterior centuria, incluida la traumática y definitiva pérdida colonial de 1898: el derribo de las murallas, el impulso del tráfico marítimo en relación con la Compañía Trasatlántica, el establecimiento del tranvía, el asalto urbanístico a Puerta Tierra, la celebración del Centenario de la Constitución de 1812 y la potenciación de fiestas y eventos como los Carnavales, el Corpus o la Velada de los Ángeles entre otros. En cierta manera, Cádiz intenta vivir una edad de plata donde evocar el brillante pasado dieciochesco, como el metal precioso que habita las fotografías sobre placas de cristal de gelatinobromuro de plata.