Este texto iniciático, que unos años más tarde Hugo engrosaría y transformaría en su segunda novela, es el que ahora presentamos, un tesoro perdido de un gigante de la literatura universal que recién terminaba el secundario. La historia de la escritura de Bug-Jargal forma desde hace mucho parte de la leyenda del autor, a fines de 1818, este se había reunido como de costumbre con sus hermanos y amigos en una de sus tertulias mensuales, cuando a uno de ellos se le ocurrió la idea de publicar un libro colectivo. Cada uno de los presentes escribiría un relato distinto, con una premisa en común: los protagonistas serían soldados que, mientras hacían guardia o descansaban en su tienda de campaña, se turnaban para relatar sus aventuras en el frente.