A partir del siglo XIX, políticos, artistas, historiadores, clérigos, filósofos y otros intelectuales contribuyeron con entusiasmo a la fabricación de lo que llegarían a ser sus respectivas naciones. Todos ellos se pusieron manos a la obra para llevar a cabo tan patriótica –y a veces, también, lucrativa- misión y no dudaron en arropar el proceso cultural y simbólicamente. Con un distanciamiento como de observador de planetas y un cierto sentido del humor, Javier López Facal describe en este libro los falsos mitos que sustentan los más arraigados sentimientos nacionalistas. El hecho de que la mayoría de los símbolos, ritos y tradiciones que hoy tienden a creerse inmemoriales se crearan, en realidad, entre 1870 y 1914 en Europa muestra los anacronismos y falsedades que contiene la ideología nacionalista, además de la falta de sentido crítico de sus devotos fieles. Porque, por ejemplo, ¿cómo se explica que los suecos ensalcen conmovidos en su himno “el sol, el cielo y los verdes prados” de su país?