Condenado a la seriedad y a la impostura, Julio, el silencioso protagonista de este libro, acaba convenciéndose de que es mejor encerrarse en su cuarto a observar el crecimiento de un bonsái que vagar por los incómodos caminos de la literatura. Es ésta, como dice el narrador, «una historia liviana que se pone pesada», un relato elíptico y vertiginoso marcado por la inquietante desaparición de una mujer. Jorge Luis Borges aconsejaba escribir como si se estuviera redactando el resumen de una obra ya escrita. Eso es lo que ha hecho Alejandro Zambra en este libro que, del mismo modo que un bonsái no es un árbol, más que una novela corta o un relato largo es una novela-resumen o, justamente, una novela-bonsái. Bonsái supone el brillante debut narrativo del joven chileno Alejandro Zambra, poeta y crítico literario. «Un relato estremecedor, sutil y, en última instancia, desgarrador, de una historia de amor en Chile entre esa clase de jóvenes listillos que en la cama hablan de la importancia de Proust. Y al lector ya se le pone la carne de gallina con esa terrible frase el comienzo: Al final ella muere y él se queda sólo, aunque en realidad se había quedado solo varios años antes de la muerte de ella. Pero sólo leyéndo hasta el final podrá capturar el espectral espíritu del relato. Un verdadero directo a la mandíbula» (Junot Diaz, The New York Times). «Juego irónico y trascendencia metafísica: el mundo es para el autor una permanente aspiración a la felicidad sin posibilidad de logro... Suele decirse de un libro que merece la pena su lectura, pocas veces, como en este caso, se disfrutará aún más su relectura» (Arturo García Ramos, ABC) «Bonsái cumple uno de los requisitos de la novela breve: la búsqueda de la perfección. Una novela que es, asimismo, sumamente, eficazmente, ambigua.. Curiosa y atractiva novela» (J.A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia). «Una obra originalísima, llena de inolvidables chispazos de humor,.... En Chile también hay quienes escriben novelas perfectas: breves como un suspiro y contundentes como un mazazo» (Juan Manuel Vial, El Capital). «La historia impacta con un mínimo de elementos: una pareja de estudiantes de literatura, un matrimonio en descomposición y un escritor chileno» (Álvaro Matus, REVISTA DE LIBROS, EL MERCURIO). «Es literatura de la mejor clase, una obra de extraña madurez que hace de la brevedad una de sus mayores virtudes, por lo mucho que se puede decir y sobre todo sugerir en tan pocas páginas» (Rodrigo Pinto, EL MERCURIO). «Una construcción literaria de primer orden... Una novela grandiosa e intachable no tiene por qué ser un intrincado mamotreto de kilo y medio... Bonsái es una pieza exquisitamente articulada... un objeto inclasificable de inusual belleza... una de las dos o tres mejores novelas chilenas de los últimos tiempos» (David Lacalle, LAS ÚLTIMAS NOTICIAS). «Una arquitectura liliputiense, mínima y perfecta... las pequeñas piezas encajan en la pequeña historia que es demasiado grande y se hace metáfora que es una manera prodigiosa de jugar que tiene el lenguaje» (Antonio Garrido, CUADERNOS DEL SUR). «Zambra escribe desde lo alto, como los grandes. Utiliza mira telescópica en vez de pluma. Publica Bonsái, su primera mini novela. Una llave maestra del amor... Zambra hace lo contrario de escribirlo todo. Pinta acrósticos en línea recta. Es el poema de email, haikus. Va una vuelta por delante. Es un gran escritor, de pocas palabras. Te deja aterido. Con ganas de compartir un café y unas lágrimas» (César Casal González, LA VOZ DE GALICIA). «Zambra ha tenido la valentía de enfrentarse con la estética de la clase media, de hablar de esos que ni siquiera callan, que esperan y pasan» (Rafael Gumucio). «Un libro oscuro que sabe iluminar» (Hugo Forno, ROLLING STONE).