La actuación racional de los inversores se centra en conjugar adecuadamente el binomio riesgo-rentabilidad. Para esto, es preciso conocer la mecánica de los diferentes mercados financieros y de los productos que se negocian. Como suele decirse, el conocimiento es poder. Y es, además, la herramienta que permite gestionar el riesgo para conseguir decisiones de inversión racinales en mercados y productos financieros. Este libro pretende transmitir conocimiento sobre estos mercados y productos, para ayudar a mejorar la calidad de algunas decisiones que pueden o deben afrontar personas vinculadas con la comunidad que conforma la industria financiera: inversores, operadores de mercado, investigadores, estudiantes y, en general, el público que se relaciona con estos mercados, habitualmente en una doble faceta de prestamista o prestatario. El interés por la Bolsa ha crecido en todo el mundo haciendo que el término capitalismo popular sea cada vez más real. En los últimos años, la Bolsa ha dejado de ser una caja negra para ser un sistema de inversión conocido por el público en general. A nadie le extraña ya que las familias tengan parte de su patrimonio en acciones en la Bolsa, y nadie asocia invertir en Bolsa con un juego de las clases pudientes, sino que muchos, en función del riesgo que pueden soportar, invierten en la compra de acciones en un mercado bursátil. Se asume que la inversión en acciones tiene riesgos, pero también se reconoce que, a largo plazo, no hay sistema de inversión que ofrezca a sus partícipes la posibilidad de conseguir los rendimientos que se pueden obtener en la Bolsa. Por otra parte, los mercados financieros están en permanente evolución, adaptándose a coyunturas cambiantes y afrontando cada día nuevos riesgos que se transforman en retos. En consecuencia, es preciso estudiar los nuevos cambios y sus consecuencias, ya que el conocimiento es condición necesaria para la eficiencia en las decisiones.