Tomada Granada, Boabdil conduce los restos de sus antepasados para ponerlos a salvo de posibles profanaciones. Durante la travesía rememora la historia de su dinastía: crímenes, deportaciones, exilios, conjuras, batallas y asedios. Así comienza una historia documentada exhaustivamente y narrada con soltura y sabor de época que continuará, en su segunda parte y en la voz narrativa del eunuco Eleazar al-Sabaj, con el destierro del propio Boabdil a tierras de Ándarax. Boabdil, el príncipe del día y de la noche supone una valiosa recuperación de la identidad histórica de un reino marcado por la fatalidad y la locura, la crueldad y la sabiduría, la grandeza y la decadencia de quienes lo rigieron durante casi tres siglos.