¿Cuál es el origen del dogma que concibe la vida, entendida como nuda existencia del individuo, sacra? A esta pregunta, ya avanzada por Walter Benjamin, y a otros interrogantes suscitados en el pensamiento contemporáneo por la constatación que de modo cada vez más frecuente, a partir de los regímenes totalitarios del siglo pasado, el Derecho se muestra vacío, operando a través de la suspensión de sus propias normas, trata de responder Luigi Garofalo en este libro. En las densas páginas que lo integran, el autor, criticando a Giorgio Agamben, redefine los contornos de dos importantes creaciones del espíritu jurídico romano como son el homo sacer y el iustitium, negándoles cualquier punto de contacto con aquel poder soberano y con aquel estado de excepción sobre los que se asienta la reflexión fundamental del controvertido Kronjurist del Tercer Reich, Carl Schmitt. Investigadas con el rigor del jurista, pero no insensible a los paradigmas cognoscitivos de la biopolítica, que tanto debe a la especulación de Michel Foucault y de Hannah Arendt, las fuentes antiguas sacan todavía a la luz profundidades de otro modo insondables del presente: revelando así al lector, entre otras cosas, el universo conceptual que subyace a lo «sacro» en todas sus manifestaciones y la llave interpretativa de figuras ambivalentes y enigmáticas como la del justiciero, recurrente sobre todo en la literatura y en la cinematografía.