Durante la etapa más reciente de la historia de España, muchos teólogos encontraron en el Vaticano II una teología muy novedosa y un valioso instrumento para iluminar la situación política y eclesial de cara a promover una transformación cultural. Por tanto, cuando hoy se pretende concebir la fe como una cuestión reducida al ámbito de la conciencia y se plantea que el cristiano no puede traducir políticamente sus principios sin incurrir en un fundamentalismo monopolizador, se hace urgente un replanteamiento de la mutua implicación entre la fe y las realidades temporales. Esta obra estudia las relaciones Iglesia-Estado durante el régimen de Franco, hace balance de la situación de la teología en la España de la época y aborda las diversas formas de recepción del Concilio.