El coraje es una emoción necesaria y natural que es importante sentir de vez en cuando. Es una señal de alarma indispensable que nos ayuda a reaccionar cuando algo no va como debe ser. Usted debe enseñar a su hijo a regular esa singular emoción que lo agobia, saber permanecer en calma y valorar los aspectos positivos de su personalidad, manejar los periodos de crisis con habilidad. Aprovechemos la ocasión para hacer un llamado a numerosos talentos -en ocasiones un poco olvidados-: paciencia, firmeza, empatía, humor... Una reserva de fuerzas que, en el fragor de la batalla, le ayudarán a convertir las rabietas en dulzura: las que surgen cuando una petición no es satisfecha de inmediato, aquellas que nacen de una oposición, las de los dos o tres años de edad, incluso las de los niños más grandes que, al enfrentarse a situaciones de contrariedad, pueden ´montar en cólera´.