Las labras de los baldaquinos de Galicia, con muy escasos paralelos peninsulares, constituyen un conjunto impar sólo comparable al de los "cruceiros" a los cuales superan en riqueza iconográfica y que pueden parangonarse con los famosos "calvaire" bretones. Se trata de obras de nuestros mejores "pedreiros". Serán para muchos una verdadera revelación.