El ascenso de Ava Gardner desde un pueblecito de Carolina del Norte al superestrellato de Hollywood comenzó cuando un cazatalentos de MGM vio su retrato en el escaparate de un estudio fotográfico. Es la típica historia de Cenicienta, pero Lee Server nos presenta una versión sin censurar de Gardner: su alcoholismo, su feroz individualismo y su apetito sexual (matrimonios con Mickey Rooney, Artie Shaw y Frank Sinatra, e incontables romances). Esta es también la historia del sistema de estudios, y de como Ava fue una sus víctimas más notables, desaprovechada durante toda su carrera, obligada a hacer malas películas y a ver como las buenas eran destrozadas en la sala de montaje. Server evalúa los éxitos y los fracasos, deteniéndose en aquellos momentos eléctricos en que la cámara capturaba los "movimientos felinos de su exquisito cuerpo".