¿Tiene futuro el campo asturiano? ¿Podemos aprovechar la disposición geográfica, la ubicación en medio del campo y el tamaño de nuestras ciudades como una ventaja comparativa? ¿Es posible frenar la difusión de la ciudad? ¿Tienen las aldeas y los espacios comunales un futuro distinto al abandono? ¿Es la intensificación y el monocultivo agrario y forestal la única opción en la marina? ¿Podemos cultivas desde las ciudades? Y, más aún, ¿hay alguna alternativa social, económica y ecológicamente viable al declive de la economía campesina? A estas y a otras preguntas similares trata de dar respuesta este ensayo que reivindica el papel de la actividad agraria en el desarrollo regional y advierte de la urgente necesidad de actualización y respeto que merecen los conocimientos agroecológicos de los antepasados campesinos con los que se construyó el "paraíso natural" que nos han dejado en herencia. Nuestras ciudades y villas de cabecera, y nuestras características biogeográficas, nos ofrecen las condiciones de partida para orientar el desarrollo regional desde una viable y original perspectiva agropolitana. Una perspectiva, una nueva mirada, que pretende la superación de la irrespetuosa supremacía urbana sobre el campo y de los principios de gestión espacial metropolitanos, aspirando, por el contrario, al fomento de la agricultura urbana, a la integración ambiental y territorial de la agricultura intensiva e industrial y a la rehabilitación funcional de los conocimientos agroecológicos esenciales para manejar los paisajes de los denominados "espacios naturales".