La construcción naval entraña para las ciudades donde se radican los astilleros la transformación de su medio urbano y fabril, así como la creación de mundos sociales extremadamente complejos. Desde los astilleros propiamente dichos hasta la constelación de pequeñas y grandes empresas proveedoras de materiales para la construcción o de materias primas, el sector ha sido siempre un foco industrializador de primera magnitud y un polo de atracción para comunidades de trabajadores, que han desarrollado una relación específica con el espacio, el trabajo y la ciudad que les confiere identidad propia y les diferencia de otros sectores laborales. En definitiva, una cultura del trabajo con rasgos específicos. Se reúnen en este volumen textos de especialistas que abordan de forma poliédrica e interdisciplinar la naturaleza del trabajo en los astilleros, la acción colectiva de los trabajadores y el legado patrimonial que representan las instalaciones y la memoria.