La arquitectura espectacular ha caído en desgracia. La firmeza con la que hoy se reniega de ella sólo es comparable a la fruición con la que fue consumida en su momento; la energía puesta en su rechazo, al desinterés en su comprensión. Cosas del pensamiento hegemónico. Si los motivos del rechazo parecen hoy claros, ¿cuáles fueron los del apoyo? ¿Cómo, en definitiva, se llegó a aquello? Y, sobre todo, más allá del atribulado desprecio, ¿se han trazado las vías para un cambio viable? La arquitectura gusta de presentarse vinculada al arte o a la filosofía, de los que extrae los más de sus discursos legitimadores, frecuentemente mediante la banalización. A pesar de su necesaria vinculación con el dinero -como la cara actividad que es- o tal vez a causa de ella, rechaza las lecturas vinculadas a la economía y su trascendencia social. El libro que tiene entre manos se posiciona en estas infrecuentes perspectivas para tratar de contestar a las anteriores preguntas y a algunas más. Desde la perspectiva de la evolución social del tardocapitalismo, haremos una suerte de zoom desde lo más general a lo más particular intentando enfocar finalmente a la arquitectura, contextualizándola -le guste o no-como una más de estos desarrollos sociales. El resultado, que no pretende ser absoluto ni totalizador, vierte una cierta, distinta luz sobre el período y permite nuevas lecturas sobre su sentido y nuevas cuestiones sobre sus posibles futuras evoluciones, ya sean por continuidad o negación. Este libro trata, entre otras cosas, de desvelar la influencia oculta de lo comercial en la arquitectura.