Cuenta la Historia que el número de mujeres asesinas es muy inferior al de los hombres, pero basta con analizar los archivos policiales para darse cuenta de que, puestos a matar, las señoras son quienes realmente entienden el asesinato como una de las bellas artes. Lejos de la fuerza bruta y del impulso ciego y apasionado, las mujeres han recurrido a menudo a fórmulas insólitas para asesinar, y la factura del crimen muestra los tortuosos caminos que a menudo han convertido a una aficionada cualquiera en una astuta criminal. Cinzia Tani ha dedicado años al estudio de este tema y en su libro Asesinas recoge treinta y cinco historias delictivas que van desde principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XX y ocupan toda la geografía europea, empezando por la condesa húngara Erszébet Báthory, que a principios de 1600 se deleitaba con la sangre de sus doncellas vírgenes, hasta llegar a la española Pilar Prades, que en 1954 decidió desembarazarse de sus rivales utilizando veneno para matar hormigas. De todo hay en este abanico criminal de Tani, y la autora escribe con la voluntad de ir más allá del puro hecho, buscando los orígenes de los males oscuros que acechaban a víctimas y verdugos. Solo así se consigue explicar lo inexplicable, ir a las raíces de la crueldad y enfocar con una luz nueva la crónica negra de todos los tiempos. «Un libro hermoso, fascinante
aunque mejor no leerlo por la noche antes de dormir.» Corriere de la Sera