Para Humboldt, la función de las ilustraciones no se limitaba a adornar el texto sino convertirse en una guía visual para conocer la naturaleza. Así, partiendo de la importancia que dio a estos recursos, el libro realiza un recorrido por dos mundos, el del arte y el de la ciencia, que el polifacético explorador supo unir de forma magistral. Para ello, la autora analiza la correspondencia que Humboldt mantuvo con pintores científicos y redescubre tanto a quienes trabajaron bajo su mecenazgo y cuyas obras ilustraron sus memorias americanas, como aquellos artistas independientes que alcanzaron la fama tras seguir sus postulados científicos, y, muy especialmente, hasta qué punto se influenciaron mutuamente. Se trata de un libro para lectores interesados por la cultura y los viajes, que explora la época de la Ilustración cuando Arte y Ciencia formaban parte de un mismo conjunto intelectual.