En la historia del arte, se tiende a llamar por su nombre de pila sólo a los maestros más reverenciados. El pintor y arquitecto renacentista Rafael Sanzio (1483-1520) es uno de ellos. El hombre que conocemos simplemente como Rafael ha sido encumbrado durante siglos como un artista renacentista sublime. Hay quien incluso le considera superior a sus coetáneos, igualmente famosos y conocidos también por su nombre de pila, Leonardo y Miguel Ángel.Entre 1500 y 1508, Rafael trabajó por todo el centro de Italia, sobre todo en Florencia, donde afianzó su reputación como pintor de retratos y vírgenes de gran belleza, iconos arquetípicos relacionados con la fe católica. En 1508, el papa Julio II lo llamó a Roma, donde más tarde se embarcaría en una ambiciosa pintura mural para la Stanza della Segnatura del Vaticano. La escuela de Atenas, la obra de Rafael en el interior de esta sala, se considera un paradigma del Alto Renacimiento, una obra que funde la filosofía clásica con una perspectiva espacial perfecta, figuras animadas y una composición magistralmente equilibrada.Esta introducción imprescindible analiza cómo en sólo dos décadas de carrera artística, Rafael alcanzó una grandeza de dimensiones legendarias. Con obras destacadas de su prolífica producción, este libro refleja el dominio de las figuras y las formas que le valieron un lugar destacado no sólo en la trinidad de las eminencias del Renacimiento junto a Miguel Ángel y Leonardo, sino también entre los artistas más valorados de todos los tiempos.