Don Gregorio se dedica a enseñar pisos a posibles compradores. Un día ha de mostrar uno que, para su sorpresa, tiene cierto aire familiar. Y no es para menos, ¡es la casa en la que pasó su infancia! Cuando en una de las habitaciones encuentra un retrato suyo que dibujó en la pared, se transportará a un lugar en el que recuperará las emociones, las ganas de aventura, el calor de la familia y multitud de sentimientos que tenía casi olvidados. ¡Disfruta de este tierno y conmovedor relato sobre el reencuentro con la infancia!