Los Apuntes para una autobiografía se escribieron en 1943-1945. No se trata de una autobiografía completa ni de unas memorias en el sentido tradicional o convencional del término. Romano Guardini agrupa sus recuerdos en torno a la línea interior que le permitió centrar toda su existencia. Tras ellos late siempre la vitalidad y la imaginación de un temperamento mediterráneo trasplantada a las sombrías latitudes del Norte; el rigor y la lucidez del alma germánica; la entrega, magnanimidad y amplitud de miras de un sacerdote católico y de un guía espiritual que supo estar a la altura de los tiempos. Se trata en todo caso de un documento excepcional para conocer la historia de la teología en el siglo XX y para aproximarse al corpus de uno de los pensadores más fecundos del catolicismo contemporáneo.