Puede considerarse que vivimos en la era de la información. El uso generalizado de internet y de las nuevas tecnologías ha propiciado que tanto jóvenes como adultos se mantengan conectados en todo momento. La red genera grandes volúmenes de información que consumimos, comentamos, compartimos… a través de múltiples dispositivos: ordenadores, teléfonos inteligentes, tabletas… Para algunos, sin embargo, este exceso de información es contraproducente y se encuentra en el origen de uno de los males de nuestra sociedad: la desinformación. Nuestro sentido crítico se está viendo afectado por un aluvión de datos y cada vez resulta más complicado discernir entre lo cierto y lo falso. Esto evidencia, por tanto, la necesidad de que la alfabetización mediática sea uno de los objetivos educativos de este siglo. ¿Son los jóvenes capaces de manejar la información que hoy tienen a su alcance? Parece que no, por lo que Aprender a ser críticos con internet apuesta por mostrar a familias y docentes el camino que hay que seguir para que sus hijos y alumnos sean capaces de plantearse preguntas, cuestionar informaciones, buscar alternativas, resolver problemas… y desarrollar, en última instancia, su capacidad para consumir y generar información crítica y responsablemente.