En el XVIII español los hombres de letras iniciaron una revisión de nuestro pasado político y cultural. Censurados por los europeos, toman una doble línea argumental. Unos defienden nuestras aportaciones culturales, exagerando, en múltiples ocasiones, su valor. Otros, más críticos, después de reconocer nuestra decadencia, sólo insisten en exaltar los valores reconocidos. El libro pretende explicar la doble vertiente, apologética-crítica, centrándose en cómo veían nuestra historia y cómo la presentaban en Europa.