Todo cambia si alguien nos amenaza de muerte, todo se distorsiona y la vida se convierte en una aventura angustiosa, casi tanto como si de pronto nos encontráramos solos en una ciudad desierta o como si tuviéramos que enfrentarnos a veinte desconocidos en un duelo en el que nos jugáramos mucho, aunque no tanto como si lo hiciéramos a nosotros mismos, pues esa es, al fin y al cabo, la finalidad de la vida, enfrentarnos a nosotros mismos, día tras día. A veces ocurre, nos encontramos en una situación aparentemente normal hasta que, de pronto, todo empieza a transformarse, a distorsionarse
Y hurgar en esas sensaciones, escarbar en esas historias, asomarse al abismo, es lo que hace Miguel Sanfeliu. Con gran maestría nos introduce en sus historias como si de un juego se tratase, un juego muy real.