La vida de Willow nunca ha sido convencional: el hecho de vivir sola con una madre enajenada y una tía que nunca se ha interesado por ella, unido a su interés por la mecánica de los coches y a su capacidad para leer el futuro, no la convierten precisamente en la más popular del instituto. Sin embargo, de pronto llega al pueblo en que vive un chico al volante de un Porsche negro que descubrirá en qué reside exactamente su rareza. Aun cuando el auténtico objetivo del muchacho, Alex, sea matarla. Weatherly da una vuelta de tuerca al tema de los ángeles al plantear la posibilidad de una invasión de ángeles que se alimentan de la energía vital de los humanos, lo que provoca un aumento de las enfermedades entre los humanos. Y ni siquiera la CIA será capaz de detener la invasión. Tanto el tema como el planteamiento de esta serie está repleto de puntos de interés y ponen en evidencia una imaginación muy aguda y perspicaz, y ese es quizás el motivo principal del auténtico fenómeno en que se ha convertido esta serie allí donde se ha publicado, e incluso donde no se ha publicado. Lo cierto es que la presencia y vitalidad de los seguidores de la trilogía y de Weatherly en general es realmente asombrosa.