Una verdadera vanguardia no se reduce a una mera forma de expresión, sino que instaura una actitud y una mirada nuevas. A partir de André Breton, el surrealismo supuso un acto de rebelión del subconsciente humano contra el corsé de la ortodoxia racionalista. Como actitud vital más allá del arte, el surrealismo mantiene hoy toda su vigencia, pues viene a rasgar la mortaja de una educación tradicional y concluyente, para que nuestro ser pueda cuestionarse lo dado y recobre el deseo de una vida plena. André Breton mantuvo una actitud de militancia que ejemplifica el compromiso no sólo del creador con su trabajo, sino del ser humano consigo mismo. Aun con lo fértil de su ideario, el surrealismo trasciende lo filosófico y nos plantea una experiencia única y necesaria: el valor de la palabra como artefacto capaz de reformular el mundo. En este ensayo traducido por el escritor Ángel Zapata, conocedor exhaustivo del movimiento surrealista, Michel Carrouges aborda con lucidez los conceptos de escritura automática o el azar objetivo y describe las ligazones del surrealismo con la pintura.