Se ofrecen al lector tres narraciones de gran valor, nacidas en ambientes afectos a la Corte carolingia, entre los años 800 -coronación imperial de Carlomagno en Roma- y 843 -reparto del Imperio en Verdún entre sus nietos-, fin de la realidad territorial del Imperio. Tejen, a veces de manera apasionante, la vida política, militar, institucional, etc., del primer imperio cristiano de Occidente, desde dos perspectivas políticas diferentes y a veces opuestas: las de las nacientes Alemania y Francia. El estilo narrativo propio de los anales es lacónico, pero su valor testimonial es inapreciable, porque la mayoría de sus autores -anónimos casi todos- han vivido los acontecimientos que narran.