«Estimado lector, el libro que tiene en sus manos... es un pisto que el autor ha cocinado para usted con cantidades variables de ajillo y guindilla, picantes propios de la ironía o del sarcasmo... A muchas de estas ofertas comestibles se les han añadido cantidades moderadas de miel, dulzura (no exenta de cierto sabor a limón) que siempre trae consigo ese diosecillo que armado de flechas (lo cual demuestra su voluntad de herir) recibe el ambiguo nombre de Amor», escribe Leguina en el prólogo de este ameno e interesante libro en el que nos revela sus gustos culturales con anécdotas y reflexiones personales.