Es muy rico comprobar cómo cada obra incluida en este volumen cuenta con un pulso y un imaginario propio; cómo los textos son reflejo, antes que nada, del universo y de la voluntad expresiva de sus autores, pero también de una solvencia en la práctica dramatúrgica. Explorando unas veces la comedia de situación, de espacio único, como en el caso de Lola Correa, Lola Fernández de Sevilla y Félix Gómez- Urda; explorando la comedia de acción, en el caso de Óscar Merino y la tragedia, en el caso de Pedro Entrena, encontramos los mimbres de unos textos que nos proponen preguntas sobre la libertad, el amor, la familia, la identidad, o la dicotomía vida-muerte, entre otras cuestiones fundamentales. La esperanza nos aguarda, callada, expectante, ante estas obras, para que nos alienten a nuevas oportunidades de construir la convivencia, los afectos, el respeto… Oportunidades que necesitamos habitar, en el escenario y en la vida.