Aunque desde principios del siglo xx la mecánica cuántica haya desbancado por completo a las tradicionales teorías de la física clásica newtoniana, el hecho de que se base en elementos que no se «ven», como son las partículas subatómicas, así como el de que discrepe de muchas maneras con nuestro sentido común o lo que perciben cotidianamente nuestros sentidos, ha sido y es causa de su desconocimiento, cuando no de cierta reserva a la hora de acercarse a ella, por parte de la mayoría de nosotros. Sirviéndose de analogías con situaciones que nos resultan más familiares, ROBERT GILMORE consigue en ALICIA EN EL PAÍS DE LOS CUANTOS: UNA ALEGORÍA DE LA FÍSICA CUÁNTICA exponernos de forma más clara y accesible los rasgos esenciales –e incluso aquellos algo más costosos de aprehender– del mundo cuántico, proponiéndonos un insólito viaje para el cual sólo hace falta un poco de gusto por la aventura del pensamiento o una elemental curiosidad por el mundo que nos rodea.