Exhortación apostólica sobre la santidad en la vida corriente. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. En este documento pontificio el Papa Francisco recuerda las Bienaventuranzas como el camino que Jesús nos indica para ser un buen cristiano. "Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual" (Papa Francisco) Los hombres y mujeres de esta sociedad secularizada en la que vivimos, que pone nuestra "fe" y esperanza en la ciencia y la técnica, seguimos buscando sentido trascendente a nuestra existencia. Eso que ya san Agustín plasmara con tanta clarividencia en el siglo IV en sus Confesiones: "Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti". A decir del autor, "en la mayoría de los casos que recogemos, Dios entra en las vidas de estas personas de manera espectacular o, al menos, llamativa, al modo paulino; en otros, con la normalidad del viento que sopla con suavidad, como Dios se manifestó a Elías. El común denominador de todos es que cuando alguien conoce a Dios no se resiste a seguirlo". LAs nuevas tecnologías permiten al lector, además de leer las entrevistas, escuchar a los entrevistados a través de códigos QR que aparecen en cada testimonio.