Y de pronto, un ensayo publicado en 1850 que nos ofrece una reflexión crítica sobre la novela histórica, analizada aquí con rigor y lucidez implacables. Un género ya en auge en el siglo xix, gracias sobre todo a Walter Scott, el novelista por entonces de moda, y a cuya difusión, sin embargo, el propio Manzoni había contribuido con su imprescindible Los novios. Pero pronto cambió de parecer, y prueba de ello es la tesis expuesta en este breve y sustancioso alegato contra las obras mixtas de historia y ficción que inició en 1827 en forma de una carta dirigida a su admirado Goethe. Dividido en dos partes, la primera dedicada exclusivamente a la novela histórica, y la segunda a los géneros en los que la historia tiene cabida, el lector descubrirá cómo, a contracorriente, Manzoni concibe un discurso que aun hoy conserva toda su vigencia y que encaja de lleno en un debate contemporáneo que, en definitiva, trata sobre la verdad y el papel que juega la literatura en un mundo cercado por la ficción, el simulacro y lo virtual. «Manzoni nos ayuda a desarrollar buenas ideas.» Goethe