La heráldica nació en el segundo tercio del siglo XII como un sistema semiótico que proporcionaba marcas distintivas, personales primero y familiares después, conformes con la mentalidad del momento y lugar donde se diseñaban los escudos, armas o armerías, tres sinónimos comúnmente utilizados para designar esas marcas. Los escudos son, pues, documentos que deben ser examinados sistemáticamente para extraer de ellos la información que contienen sobre las sociedades europeas occidentales que los utilizaron en la profusa medida testimoniada por sus abundantes restos y durante un periodo de tiempo tan prolongado, que ha alcanzado prácticamente la actualidad. En Águilas, lises y palmerines se presenta, por primera vez, una interpretación unificada del fenómeno heráldico asturiano, desde sus orígenes a mediados del siglo XIII hasta los últimos años del siglo XVI, fecha en que el sistema heráldico se anquilosa, una vez perdida su utilidad práctica como suministrador de signos de identidad y, con ello, gran parte de su capacidad de almacenar información. Con ese fin, se han examinado exhaustivamente tanto las fuentes documentales como los restos que aún se conservan de representaciones heráldicas en distintos soportes físicos, sobre todo las labras de piedra que adornan numerosas iglesias y edificios civiles repartidos por toda la región. Este material ha sido analizado para establecer los orígenes, cronología y evolución de las armerías asturianas. Tan esencial como el diseño de los escudos es la manera de presentarlos, con la que sus poseedores trataban de comunicar determinados mensajes al observador. Del análisis de estas características se ha obtenido todo tipo de datos, desde los que ilustran preferencias estéticas o influencias literarias hasta los que revelan diversos aspectos de los cambios experimentados por la estructura social asturiana, en particular las dependencias vasalláticas o el progresivo proceso de hidalguización, además de aquellos otros que resaltan circunstancias significativas de la vida del individuo, como su nacimiento, vecindad, profesión, matrimonio y, finalmente, la muerte.