«Adonde nos lleve el logos» es una frase de Sócrates en la República: se trata de una exhortación a dejarse llevar por la argumentación filosófica cualquiera que pueda ser la consecuencia que se derive de ello. La República es, en este sentido, una obra inaugural del pensamiento utópico, de dimensiones no solo políticas sino epistemológicas y metafísicas. Puede parecer extraño en un diálogo cuyo tema principal es la teoría de la justicia que Platón haya expresado aquí no solo sus concepciones políticas sino otras muchas doctrinas, como su psicología, la teoría de las formas o su idea de la dialéctica. A juicio del autor, existe una «ontología del poder» que subyace a este modo de pensar cuyo signo más distintivo consiste en impugnar la legitimidad del orden existente y construir una teoría política normativa basada en el anhelo de un mundo mejor. El lector no solo encontrará en estas páginas un análisis de la variada iconografía de la República, en la que se encuentran algunas de las imágenes más famosas de la historia de la filosofía, como la caverna, la línea dividida, la comparación del Bien con el Sol o la nave del estado. Pues el libro lleva a cabo también un estudio completo de la República, que se ha dividido para su comentario en secciones que abarcan desde la primera hasta la última línea. El parentesco de las utopías con el totalitarismo fue determinante para que la República fuera objeto de duras críticas a lo largo del siglo XX. El autor comparte el juicio de Kant, pues a su parecer no es probable que los filósofos se conviertan en reyes, pero tampoco lo considera deseable. Sin embargo, en este libro su esfuerzo se dedica no tanto a la crítica del pensamiento platónico como a la elucidación de esta obra, uno de los textos que más influencia han tenido en el pensamiento occidental.