Una actitud positiva hacia el trabajo puede establecer la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre ser feliz o desgraciado. Nadie gana, o se sale con la suya, si se prefiere, continuamente. Pero si se adopta una actitud positiva hacia la vida, lo más probable es que se sea más feliz, más sano y que tenga más éxito. La diferencia entre un ganador y un perdedor estriba en que el primero, si fracasa, lo intenta de nuevo. El perdedor, por el contrario, desiste. Piense en las personas que trabajan con usted y que irradian una imagen de confianza. En realidad, estos individuos no son diferentes de usted. La única diferencia estriba en que tienen confianza en su capacidad para superar obstáculos en sus vidas y, como resultado de ello, lo hacen, los superan. Usted también puede confiar en sí mismo. Lo único que hace falta es tener una actitud mental positiva.