La aceptación de España por las Naciones Unidas se convertía a principios de los años cincuenta del siglo XX en un rompecabezas para los países occidentales. El margen entre el rechazo ideológico a un régimen antidemocrático, por un lado, y por otro los intereses nacionales y la construcción de un sistema de seguridad occidental se estrechaba a menudo de manera considerable. En la búsqueda de normalización de la política exterior española entrará de lleno Italia. ¿Qué papel juegan las relaciones culturales y las diplomático-culturales entre Roma y Madrid desde 1945 hasta 1975 en el marco de las relaciones exteriores de España con Occidente? Atendiendo a algunos espacios privilegiados de la construcción y de las quiebras de las relaciones ítalo-españolas, se indagan en este texto las complejas y, al mismo tiempo, estimulantes relaciones entre dos países que, solo cuando la democracia se volvió a convertir en realidad en España, gozarán de las ventajas de la bilateralidad y de la cooperación multilateral. El Mediterráneo, el Colegio de Bolonia, los Juegos Olímpicos de 1960, el cine y el arte de vanguardia son algunos de los escenarios principales a los que se enfrentan los autores de este libro.