El mundo entero se escandalizó en 2003 con las fotografías y los videos que mostraban a los vigilantes estadounidenses de la cárcel de Abú Graíb, cerca de Bagdad, torturando a prisioneros iraquíes. En señal de protesta el artista colombiano Fernando Botero realizó una serie de cuadros y dibujos que constituyen una condena implacable de salvajismo del hombre.