Tras una vida errática e insatisfecha, Lino ha conseguido finalmente ser un hombre feliz. Es un jueves de mayo y el domingo se casará con Clara. Pasea confiado por Madrid cuando se ve envuelto en un altercado callejero, a partir del cual el feliz día se irá convirtiendo en una pesadilla que lo lanzará a la aventura del camino y a las desventuras de la culpa, y a la búsqueda de una posible absolución que le otorgue un remanso de paz consigo mismo y con el mundo.