Dos matrimonios deben permanecer en una isla llamada Pago-Pago a causa de la sospecha de una epidemia de gripe en el barco en el que viajaban. Su estancia en la única pensión de la población coincide con la de Sadie Thompson, otra pasajera del barco. Se trata de una mujer que viaja sola y que, a juicio de los Davidson, un matrimonio de misioneros, incumple con la rectitud moral que ellos, con gran esfuezo, enseñan a los nativos. El señor Davidson se propone recuperar a esa oveja descarriada, lo que desata un pulso entre dos personajes completamente opuestos y da lugar a un desenlace sorprendente.William Somerset Maugham nació en 1874 en París. Viajó por Europa, Oriente y América, experiencias que se reflejan en su obra. De su extensa producción cabe mencionar «El velo pintado» (1925), «El filo de la navaja» (1944) Y «Servidumbre humana» (1915). «Lluvia» ha sido adaptada en tres ocasiones al cine.
Bertha Ley, una mujer de alta clase social, se empeña en un matrimonio desigual. Pero ese matrimonio se revelará su propia cárcel cuando descubra que la persona a la que se ha unido es un hombre zafio cuya única aspiración es ser un buen esposo a los ojos del mundo y que no comparte en absoluto el carácter socialmente rebelde de la protagonista.William Somerset Maugham nació en 1874 en París. Viajó por Europa, Oriente y América, experiencias que se reflejan en su obra. De su extensa producción cabe mencionar «El velo pintado» (1925), «El filo de la navaja» (1944) y «Servidumbre humana» (1915).
Todo transcurre en Oriente, en un archipiélago de islas eclécticas, envueltas pro el cálido sopor de lo inasible, donde una serie de peculiares personajes, enclavados en un espacio que parece un sueño sin dejar de mostrar el duro rostro de la cotidianidad, encuentran su destino. En esta novela, como en muchas otras novelas de Somerset Maugham, la inteligencia, su agudo sentido de lo que la psique humana es, se confunde con la belleza de su poder narrativo. El estrecho rincón no es más que lo que anuncia: un lugar improbable donde la vida decide manifestarse con todos sus colores. El maestro de ceremonias es el Dr. Saunders, una especie de extranjero, totalmente amoral, un simple espectador que pretende presenciar en los otros el violento transcurrir de las pasiones humanas. Frente a él discurren los dobles, los personajes que no sólo son espectadores, sino representantes de la variada gama de caracteres que se presenta en la vida de todos los días. Y lo que el Dr. Saunders observa es una intrincada estampa existencial donde el amor, la bondad, la traición, la belleza y la más cruda rapiña se entrelazan haciendo de este libro una experiencia fascinante. Al final sólo queda la certeza de que la más cruda realidad no deja de ser un necesario malentendido, o en el mejor de los casos una simple ilusión.
La dilatada carrera literaria de William Somerset Maugham estuvo colmada de triunfos, con éxitos a escala mundial que hicieron que varios de sus libros fueran llevados al cine. Sin embargo, su verdadero talento cristaliza en sus cuentos, en los que a
Los seis relatos que componen este libro están ambientados en las islas del Pacífico Sur, que fueran visitadas a menudo por Somerset Maugham. Por ello, sus descripciones del entorno natural y los paisajes son muy precisas y sobrecogedoras. Así, ya sea en las islas de Samoa, en Tahití o en Honolulu, en todas las historias se desarrolla una tensión entre la cosmovisión y el estilo de vida de los nativos y el de los hombres blancos, que en realidad funge como trasunto de una confrontación más esencial: la de Oriente y Occidente. Sirviéndose de este trasfondo, Maugham narra con maestría historias políticas, de ambición económica frustrada, de amores inconclusos o no correspondidos en las que la constante es su capacidad de desnudar las más elementales pasiones humanas, las que conducen al hombre a obtener sus mayores satisfacciones y también a sus mayores desgracias. «A cada tiempo su locura, a cada tiempo su sabiduría. La de este libro está perfectamente descrita en el propio título El temblar de una hoja tomado de la cita de Saint-Beuve con la que se abren los textos: La felicidad extrema apenas está separada por el temblar de una hoja de la extrema desesperación. Si hay algo que atraviesa de parte a parte este maravilloso libro es precisamente la conciencia de nuestra fragilidad, el precario equilibrio de nuestros afectos y de nuestras convicciones. Y no es poca sabiduría para quien se atreva a pensarla hasta sus últimas consecuencias.» ANDRÉS BARBA