El implacable paso de los años transforma a las personas hasta el punto de convertirse en espectros de lo que una vez fueron. El narrador de El tiempo recobrado observa a través de su particular prisma a la gente que le ha rodeado a lo largo de toda su vida y se aproxima al momento en el que, gracias a sus recuerdos, alcance una revelación artística y vital. En narración final se termina de cruzar el puente que el autor tendió del pasado hacia el presente y se ofrecen algunas de las claves que contribuyen a cerrar el ciclo narrativo más sobresaliente del último siglo.
El amor y las obsesiones de las que irremediablemente va acompañado son el eje vertebrador de La prisionera, el quinto volumen de En busca del tiempo perdido, la colosal obra con la que Marcel Proust se erigió como uno de los mejores escritores de la historia de la literatura. A partir de la reclusión de Albertine, la amante del narrador protagonista, Proust analiza con su particular y penetrante mirada las relaciones amorosas y los sentimientos encontrados que acaban provocando en los amantes, como deseo y sensualidad, pero también celos y frustración.
En esta nueva entrega de la adaptación gráfica de la obra de Proust, A la sombra de las muchachas en flor, segunda parte, encontramos a un joven Marcel descubriendo las delicias de las jóvenes que lo cautivan con su simple presencia. Los dibujos de Stéphane Heuet acompañan las ricas descripciones proustianas donde una sonrisa o un roce de mano son suficientes para abrir todo un mundo de sensaciones, percepciones y emociones profundas. Vacacionando en la playa de Balbec, Marcel acompaña a su abuela al tiempo que conoce al pintor Elstir quien le descubre también el mundo del estremecimiento artístico, así como a otros miembros del mundo de despreocupación aristocrática que Proust retrató para la posteridad en ese monumento atemporal que es En busca del tiempo perdido