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QUARTETES (OMAR JAYYAM)
Si la nostra estada en aquest món és precària i fugaç; si les creences religioses no valen per a res; si fins els més savis són incapaços de resoldre els misteris de l'existència, ¿de què ens serveixen les pors, les inquietuds, la fe? L'escepticisme de Khayyam davant la vida esdevé en els seus poemes una poderosa exhortació al gaudi de la natura i dels plaers. I la força colpidora de la imatge poètica contrasta amb la concisió i la senzillesa dels versos en aquesta obra insubstituïble de les lletres universals que va meravellar, entre molts altres autors, figures tan destacades com T. S. Eliot, Ezra Pound o Marguerite Yourcenar.

RUBAYAT (JAYYAM, OMAR)
Astrónomo, astrólogo, matemático, filósofo, médico y entendido en música a pesar de sus humildes orígenes, Omar Jayyam (1048-1132) consiguió conservar una existencia libre, íntegra e incólume en la Persia medieval en la que las dinastías turcas islamizadas de gasnavíes y selyúcidas dejaban campar a sus anchas el fanatismo religioso. Por ello -y por la concepción de la existencia que expresa- relegó a la clandestinidad la actividad que, a la postre, habría de alumbrar una obra universal y perenne: la poesía. En sus " Rubayat " -reunidos tan sólo tres siglos después de la muerte del poeta-, Jayyam cantó con sensibilidad oriental al vino y la belleza, el goce del presente siempre fugitivo, la vanidad de la existencia, el aquí y el ahora, expresando en estos brevísimos poemas -traducidos de forma insuperable en esta versión bilingüe- un sentir de la existencia humana desgarrada pero firme y llena de entereza. Versión de Clara Janés y Ahmad Taherí

RUBAYAT . EDICIÓN BILINGÜE (JAYYAM, OMAR)
Versión bilingüe de un clásico persa del siglo XI en una inédita y extraordinaria versión de Clara Janés y Ahmad Mohammad Taherí. " En la Persia medieval, desgarrada por contradicciones surgidas de la pugna entre el sustrato cultural autóctono y la impuesta civilización árabe que en aquel momento defendía el fanatismo religioso, la figura de Omar Jayyam aparece como un astro inesperado en un firmamento tormentoso. Por entonces, los sultanes gasnavíes y selyúcidas, de origen turco, dejaban que se acusara impunemente de herejía e incredulidad a los científicos y que se despreciara a los filósofos. Tanto más inusitada resulta, pues, en este panorama la personalidad de un científico, pensador y poeta indomable que, gracias a su inteligencia, se mantuvo incólume sin ceder en ningún punto respecto a sus convicciones y sin hacer alarde de sus conocimientos. De entre todas sus actividades, aquella que llevaba a cabo en secreto, la poesía, era un espejo donde todo lo demás se reflejaba: la afición a la música, el pensamiento próximo a Avicena, el saber matemático y de la astronomía, las ciencias naturales y el conocimiento profundo de la existencia. Lo que Jayyam tenía que decir, y que procedía de su visión racional de las cosas, tenía un carácter tan alarmante y explosivo que debía mantenerse oculto. Por este motivo, los rubayat de Jayyam fueron clandestinos en su momento y según el escritor iraní del siglo XX Sadeq Hedayat, exceptuando trece de ellos, estos poemas no se reunieron hasta tres siglos después de la muerte del poeta. (...) La potencia de unos versos se mide por ellos mismos, pero también por la dimensión del área que abarcan. Si única es la poesía de Jayyam en sí, único es también el alcance de su repercusión. Esto se debe no sólo a su fuerza expresiva y a sus imágenes, sino ante todo a su profunda verdad. " (Del prólogo de Clara Janés)

CARAVANA Y DESIERTO . PRÓLOGO Y RECREACIONES DE JAVIER ALMUZARA (JAYYAM, OMAR)

Apenas un puñado de poemas podría atribuirse con certeza al legítimo Omar Jayyam, como señala Sadeq Hedayat. El resto es suposición e impostura, si consideramos que el manuscrito más antiguo conservado data de 1360 y es por tanto cerca de tres siglos posterior a la obra original. Para entonces, los anónimos creadores que tenían, en tiempos de supersticiosos dogmas, una visión urgente y desesperanzada de la vida, ya se protegían del reproche moral y la sanción pública en la casa común de Jayyam. También los que querían dar prestigio y fama a su obra. Quienes necesitaban salvar al poeta de sí mismo con una interpretación sufí incorporaron textos que avalasen una lectura piadosa y redentorista. Entre todos fueron creando la obra de Omar Jayyam, tan razonablemente compleja como milagrosamente unitaria; obra que, a falta de canon seguro, crece regenerándose y ramificándose desde su oscura y fértil raíz. La fugacidad de todo paso por la tierra ?ese lujo de dioses reservado a los mortales?, el tamaño de nuestra ignorancia e insignificancia, las astucias de una vida dignificada, el silencio divino ante el clamor humano, la tajante ejecución de la pena de muerte, la turbia búsqueda del amor y su concreta felicidad? Nadie se sentirá extraño a unos versos que hablan de lo que más importa, que se hacen eco de nuestras inquietudes vitales. Javier Almuzara