Nina Berberova, determinada a convertirse en poetisa, huyó de Rusia. En 1950 llega a EEUU, donde estudió inglés hasta llegar a ser profesora en Yale, Columbia y Princeton.
En los años 20, recién llegada a París, la autora entró en contacto con la comunidad rusa blanca de la inmigración que vivía en Billancourt. Relatos que presentan personajes a veces románticos, a veces ridículos, pero siempre marcados por el exilio.