Luis García Montero (Granada, 1958) es uno de los poetas más reconocidos e influyentes de la actual lírica en lengua española. Desde un discurso estético intimista, centrado temáticamente en la relación del yo con lo cotidiano, la presencia continua de la realidad más inmediata, el poeta desde hace cuarenta años va construyendo una meditación sobre las discrepancias entre la subjetividad y lo que él mismo ha calificado como las «verdades colectivas». Una obra abierta con aspiración de mayorías, que conecta con la gente de la calle, en un tiempo en el que la tradición se va ocultando en el alboroto de la cultura de las multitudes y la sobreinformación mediática. Su escritura continúa la tradición machadiana del sujeto que busca comprender su lugar en el mundo. Luis García Montero suele insistir mucho en la frase de Juan de Mairena por la que para poder construir una sociedad libre, antes hay que atreverse no solo a «decir lo que pensamos», sino a «pensar lo que decimos». Ciertamente la poesía solo puede concebirse como un ejercicio de deliberación y reflexión, pensando en lo que decimos, lejos de las urgencias y los apresuramientos. Poesía como territorio en el que podamos desarrollar nuestra propia conciencia, entre la identidad y la tradición. La hora de escribir. Perspectivas sobre Luis García Montero es una colección de ensayos que recorre la obra literaria de un autor comprometido con su tiempo, no solo en lo literario, sino también en lo civil y en lo político. Dos de sus amigos abren y cierran, respectivamente el volumen: Anthony L. Geist presenta un estudio del poeta desde los versos de una canción de Elvis Presley, recordando el magisterio del añorado Juan Carlos Rodríguez, inspirador de aquella mirada ideológica sobre la vida íntima de la que se nutrió la escuela granadina de «La otra sentimentalidad», y que acabó derivando en la escritura sociológica que hoy se conoce como Poesía de la experiencia; por otra parte, Juan José Téllez recuerda en una semblanza generacional al joven Luis que, lleno de ilusiones, comenzaba lo que iba camino de ser una de las cimas de la nueva poesía, y una sobresaliente personalidad en el ámbito cultural. El resto de este volumen misceláneo se divide en cuatro secciones que agrupan enfoques de distinta intención interpretativa, abordando el conjunto de la escritura de García Montero. Un acercamiento heterogéneo y singular a la trayectoria vital y literaria de uno de los intelectuales más brillantes y necesarios de la cultura actual. J.G.S.
Minerva Margarita Villarreal nació en Montemorelos, Nuevo León, México. Es catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y directora de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria, donde dirige la colección de poesía internacional El Oro de los Tigres. Es autora de Hilos de viaje (1982); Dama infiel al sueño (1991); Pérdida (1992), que mereció el Premio Nacional Alfonso Reyes 1990; Epigramísticos (1995); La paga común del corazón más secreto (1995); El corazón más secreto (1996 y 2003), Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 1994; Adamar (1998 y 2003); La condición del cielo (2003); Adaimer. Adamar (2008), edición bilingüe, traducido al francés por Françoise Roy; Herida luminosa (2008 y 2009); y Tálamo (2011), Premio de Poesía del Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz 2010. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ha realizado, entre otras, las antologías de poesía Nuevo León. Brújula solar. Poesía (1876-1992) (1994) y Elogio de la fugacidad. Antología poética 1958-2009 (2010, Fondo de Cultura Económica de España y Universidad de Alcalá de Henares), de José Emilio Pacheco, publicada con motivo del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2009.
En la Odisea de Homero, Ulises, de regreso a Ítaca bajo una identidad ficticia, es reconocido por su nodriza Euriclea gracias a su cicatriz de la infancia. Este episodio en apariencia discreto proporciona una importante clave de interpretación: detrás del Ulises vencedor hay un Ulises vulnerable. La cicatriz nos devuelve un Ulises cercano y contemporáneo, que lleva en su piel la marca de una herida. La cicatriz en la literatura europea contemporánea parte de la premisa de que la herida y la cicatriz son núcleos de significación fundamentales en la literatura. El cuerpo, la intimidad, la ciudad y la historia (personal y colectiva) son los espacios donde la herida y la cicatriz llegan a ser visibles. El libro analiza las huellas que por un lado distintas formas de violencia contemporánea y por otro lo que se podría llamar, de acuerdo con la escritora francesa Hélène Cixous, el «pensamiento de la piel», dejan en el cuerpo, en la intimidad, en la ciudad y en la historia, considerados como territorios cicatriciales. La literatura, que en palabras de Cixous, es toda entera una cicatriz, trabaja en el corazón de las contradicciones y de las zonas de sombra, construyendo una verdad ficcional compleja, opuesta a los discursos manipulados de las dictaduras, las formas violentas de poder y los fundamentalismos. A través del análisis de la cicatriz se plantea en filigrana una de las cuestiones más importantes e urgentes de nuestro tiempo, a nivel filosófico, político y social: el vínculo con el otro y la alteridad. Los primeros tres capítulos, centrados en las figuras fundamentales de Juan Marsé, Norman Manea y Hélène Cixous, reflexionan sobre la «narrativa de la cicatriz» en relación con una historia colectiva convulsa. Los últimos dos examinan una «poética de la cicatriz», de los «refugios» y las «ruinas» en la literatura española contemporánea, a través de las importantes aportaciones de Luis García Montero y Ángeles Mora. Ioana Gruia (1978, Bucarest). Es investigadora y profesora de literatura comparada en la Universidad de Granada. Su libro de poemas Otoño sin cuerpo ha sido finalista (2002) del premio Federico García Lorca de la Universidad de Granada. Con Nighthawks (2007) ha ganado el mismo premio en la modalidad de cuento. Ha publicado la monografía Eliot y la escritura del tiempo en la poesía española contemporánea (Visor, 2009). El sol en la fruta (Renacimiento, 2011) obtuvo el premio Andalucía Joven de poesía y ha sido traducido al francés en la editorial LHarmattan (2014) y al rumano en la editorial Tracus Arte (2015). Es autora también de la novela La vendedora de tiempo (Espuela de Plata, 2013, prólogo de Luis García Montero). En septiembre 2015 obtuvo el premio de poesía Emilio Alarcos, con el libro Carrusel (Visor, 2016). Su página web es www.ioanagruia.com
Federico García Lorca (1898-1936) es uno de los poetas decisivos de la cultura del siglo XX. Su voz personal, con una riqueza de tonos y de imágenes muy reconocible, consigue que la más llamativa agilidad formal se convierta en una indagación profunda sobre las claves del mundo contemporáneo: la identidad entendida como conflicto, el cuestionamiento de los vínculos entre el individuo y la sociedad, las tensiones entre la inocencia y la lucidez, la desacralización de la realidad, el desarraigo de la vida urbana y los retos de la libertad amorosa, literaria y cívica. El poeta Luís García Montero, responsable de esta antología, estudia en un minucioso prólogo la evolución de la obra lorquiana, empeñada en una lectura modernizadora de la estirpe romántica. A través del simbolismo, la elaboración de la poesía popular, el surrealismo y el diálogo son las formas clásicas, García Lorca impone su personalidad en uno de los momentos más brillantes de la lírica española y europea. Índice: Libro de poemas. Suites. Poema del cante jondo. Canciones. Primer romancero gitano. Odas. Poemas en prosa. Poeta en Nueva York. Diván del Tamarit. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Sonetos del amor oscuro.
Si la intención de Fernando de Rojas al escribir La Celestina fue dar una lección moral sobre los peligros del amor, entonces, como dice el propio Luis García Montero en el prólogo a esta versión, «le salió afortunadamente el tiro por la culata». El resultado es este «hermosísimo disparo fallido», un texto tan rico en matices, tan trepidante y descarnado, paródico y trágico, como lleno de interés para el público de hoy. Para conmemorar los quinientos años de su primera edición, aparecida en 1499, presentamos esta versión teatral modernizada de Luis García Montero, que, respetuosa con el libro clásico, facilita al lector el viaje al pasado manteniendo la fuerza de su densidad expresiva y su espesura ideológica. Esta adaptación se estrenó en el teatro Cervantes de Alcalá de Henares el 8 de mayo de 1999, bajo la dirección de Joaquín Vida y con Nati Mistral en el papel de Celestina.
Cuando fundaron Por Amor al Arte Producciones, Charlie Arnáiz (Alicante, 1975) y Alberto Ortega (Madrid, 1983) quisieron apostar por una película documental que reivindicara el valor de la poesía en la sociedad contemporánea. Eligieron la figura de Luis García Montero (Granada, 1958) porque su voz, entre la lealtad a la tradición lírica y las nuevas experiencias urbanas, ha intentado abrir caminos para los jóvenes poetas y lectores, negándose a que el género fuese patrimonio de unos círculos cada vez más alejados de la realidad. A través de la vida y obra de García Montero, se acercan al papel de la poesía en los años que marcaron la tradición española de la dictadura a la democracia, del subdesarrollo económico a la prepotencia del consumo. En la película han contado con la colaboración de Juan Carlos Rodríguez, Miguel Ríos, Serrat, Chus Visor, Joaquín Sabina, Javier Rioyo, Juan Vida, Angels Barceló, Benjamín Prado, Almudena Grandes, Juan Diego, Mara Torres, Benítez Reyes, etc. Este libro incluye también una antología poética de Luis García Montero y el dvd de la película.
Frente a quienes definen la política únicamente como el ejercicio del poder (aunque luego se adorne con la sana intención de cambiar las cosas), Max Weber distinguió a aquellos que viven de la política de quienes viven para la política. Luis García Montero pertenece, si acaso, a la segunda categoría. Quienes lo incluyen en el pack de intelectuales o profesores o periodistas o artistas que saltan a la política en estos tiempos convulsos, se equivocan. Siempre ha estado comprometido con la política. Otra cuestión es saber por qué y para qué decide Luis dejar sus clases en la universidad, aparcar un nuevo poemario o suspender varios proyectos profesionales y asumir la responsabilidad de defender una candidatura de Izquierda Unida con un programa político y una propuesta cívica. Y hacerlo precisamente en los momentos más difíciles para unas siglas que se tambalean por las batallas internas y por la canibalización que ejerce una nueva fuerza surgida en el magma del descrédito de la política. De eso trata esta conversación, por la que van asomando referencias personales, literarias y éticas como Rafael Alberti o Ángel González; desde Antonio Machado a Francisco Ayala. Reflexiones en las que hay crítica y autocrítica, sin esquivar ningún asunto aun siendo consciente del riesgo de pisar brasas. Luis García Montero da la cara sin morderse la lengua, así que habla de Podemos, de la posibilidad o no de una convergencia en la izquierda, de los intereses económicos que condicionan el paisaje político, de las diferencias con sus amigos de la ceja Quizás Luis, en el fondo, me propuso que fuera su interrogador en esta charla por un motivo concreto: en cuanto conocí el paso que se planteaba dar mi reacción fue: ¡No se te ocurra!. Quizás, una vez más, LGM pensó que la mejor arma para convencer al otro es la palabra. Jesús Maraña
«Después de la lectura minuciosa de La Orestíada necesité responderle a Esquilo con un poema. La historia estaba ahí, tal como me la habían enseñado, como la había leído en otras ocasiones. Pero ahora se trataba de una cuestión personal, de algo que debía interpelarme, exigirme una respuesta. José Carlos Plaza me había pedido una versión de la trilogía, mi intervención en un monumento. Así que necesitaban cruzarse el texto y mis ojos, el tiempo pasado y mi realidad.» Luis García Montero nos aproxima a la trilogía de Esquilo a partir de una lectura de la tragedia clásica desde su propia mirada, también desde la mirada del poeta. La Orestíada, dividida en «Agamenón», «Orestes» y «La democracia», sirve de escaparate de las pasiones humanas heredadas del dramaturgo griego, puestas en el lenguaje del espectador actual. Vertebrada por la necesidad de justicia y venganza de los personajes, en la obra desgrana el mundo individual a través de los celos, las ansias de poder, los remordimientos, la desesperanza o la reflexión, al mismo tiempo que lo confronta con el mundo colectivo, donde se exponen problemas tan actuales como el abuso de poder, las mentiras públicas, la fuerza, la manipulación o la máscara de la democracia. Esta versión de La Orestíada, bajo la dirección de José Carlos Plaza, se estrenó en 63 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y fue la encargada de abrir el acto.