Resultados de la búsqueda para: Lautreamont





LAUTRÉAMONT
El nombre de Lautréamont despierta todavía controvertidas pasiones “literarias” que poco, o nada, tienen que ver con la significación real de una obra cuyo alcance solo hoy empieza a vislumbrarse. Estudiado, si es que lo ha sido, como si de un fenómeno aislado se tratara (un caso clínico literario), no por eso ha dejado de comprometer, de cerca y de lejos, todo el porvenir de la poesía. El libro de Pleynet que presentamos, escrito desde una perspectiva científica materialista, constituye una aportación de indiscutible valor al estudio abierto de una obra que hace hablar a la historia un lenguaje nuevo.

OBRA COMPLETA (LAUTRÉAMONT)
En traducción Manuel Alvarez Ortega y edición bilingüe, se reúnen en este volumen los Cantos de Maldoror y los dos volúmenes de Poesías de Isidore Duchase, Lautreamont, así como la correspondencia íntegra del poeta. Ofrecemos así al lector español una de las obras claves de la poesía universal, que cuenta entre la más influyentes y determinantes del rumbo de la poesía contemporánea.

LAUTRÉAMONT Y SADE (BLANCHOT, MAURICE)
Tomando como punto de partida algunos aspectos generales de la obra del marqués de Sade y de Lautréamont, Maurice Blanchot hace una crítica del discurso de la crítica literaria. Para Blanchot el objetivo de la crítica debe ser la búsqueda del sentido de la experiencia poética como tal, la experiencia descarnada antes que la explicación.

LOS CANTOS MALDOROR. POESIAS (. CONDE DE LAUTRÉAMONT)
El Canto Primero de Los cantos de Maldoror se publicó en París en agosto de 1868, sin pseudónimo ni nombre de autor. En enero de 1869 (con pequeñas correcciones, entre ellas un asterisco donde estaba el nombre Dazet) el mismo canto se reproduce en un

CANTOS DE MALDOROR (DE LAUTRÉAMONT, CONDE)
"He aquí una obra genialmente extraña, estéticamente perfecta, que merece ser leída, releída y apreciada despaciosamente."GERARDO MELLO MOURÃO ¿Qué será verdad y qué será mentira cuando se intenta rescatar la trágica y fugaz existencia de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont? ¿Y qué será verdad o fruto de una delirante imaginación cuando nos sumergimos en las páginas de este extraño, anfractuoso y sombrío relato en el que el escritor Ruy Câmara busca recomponer lo que fue el breve y turbulento periplo terrestre del autor de los Cantos de Maldoror? Es muy poco lo que se sabe de la vida, e incluso de la obra, de Lautréamont y aquí resurge vivo y más maldito que nunca en estas páginas de insólito y alucinado memorialismo con pasajes en los que nos sentimos cómplices de aquellos momentos de un pasado que, aunque muerto, insiste en no morir. Cabría decir que, en cierto modo, Ruy Câmara renueva el género de la biografía novelada dejándose intencionadamente "contaminar" por el drama existencial y la locura del personaje biografiado, aproximándose así a instancias anímicas y psicopatológicas que resultarían inaccesibles si su relato mantuviese aquella distancia histórica y emocional de la que tanto se precian los biógrafos desde James Boswell. Y así resulta un retrato que se diría táctil y casi sangriento del hasta hoy escasamente conocido Isidore Ducasse, tan explorado por los estudios psicoanalíticos y las tesis existencialistas durante el siglo XX, y que luego sería un tiempo olvidado, para ser después varias veces redescubierto, como lo ha sido ahora, en el umbral del tercer milenio, por Ruy Câmara en estos espléndidos y perturbadores Cantos de otoño. Ivan Junqueira, de la Academia Brasileira de Letras

EL CUARTO DE LAUTRÉAMONT . LA PRIMERA NOVELA GRAFICA PUBLICADA 1874 POR FIN EN SU EDICION (CORCAL / GRATTERY, ÉDITH)
La chambre de Lautremont relata las andanzas de Auguste Bretagne, un escritor de folletines de la Gaceta de París. Rodeado de amigos tan especiales como Rimbaud, Verlaine, Toulouse-Lautrec... recorre los lugares más oscuros y bohemios de París. Tras enamorarse de una joven poetisa, descubre que ésta vive en una habitación que perteneció al Conde de Lautréamont, excéntrico poeta, y donde aún conserva sus pertenencias personales, incluido un ejemplar de su obra Los cantos de Maldoror. El cuarto poblado de máscaras africanas, momias y animales disecados es el marco de una historia con toques surrealistas que nos transporta al París de finales del siglo XIX. “Ruego al cielo que el lector, animado y momentáneamente tan feroz como lo que lee, encuentre, sin desorientarse, su camino abrupto y salvaje, a través de las desoladas ciénagas de estas páginas sombrías y llenas de veneno, pues, a no ser que aporte a su lectura una lógica rigurosa y una tensión espiritual semejante al menos a su desconfianza, las emanaciones mortales de este libro impregnarán su alma lo mismo que hace el agua con el azúcar” Isidore Duncan, Conde de Lautréamont. Los Cantos de Maldoror

LOS CANTOS DE MALDOROR (CONDE DE LAUTRÉAMONT)
En agosto de 1869 el editor belga Albert Lacroix imprime la primera edición de «Los cantos de Maldoror», una obra única e inclasificable, entre la confesión y la poesía en prosa, firmada por un tal Conde de Lautréamont. Pero Lacroix, temeroso de la censura debido a su contenido blasfemo, obsceno y provocador, decide finalmente no distribuirla a librerías. Los ejemplares, costeados por el misterioso Lautréamont –seudónimo inspirado en un personaje de Eugène Sue–, quedaron abandonados en los sótanos de una imprenta. Años después se supo que quien estaba detrás de tan sonoro «nombre de guerra» era Isidore Ducasse, un joven de veintitrés años, hijo de un diplomático francés y nacido en Montevideo, que había muerto de tuberculosis tan solo un año después. «Era un joven alto y moreno, imberbe, nervioso, ordenado y trabajador. Sólo escribía de noche, sentado ante su piano. Declamaba, forjaba sus frases, subrayando sus prosopopeyas con acordes» recuerda su primer editor. Tuvieron que pasar veinte años hasta que la obra despertó de su letargo y vio finalmente la luz en París en 1890. Redescubierta por el escritor Léon Bloy, y reivindicada después de forma entusiasta por el movimiento surrealista, cuyo líder, André Breton, la consideraba «la expresión de una revelación total que parece sobrepasar las posibilidades humanas», «Los cantos de Maldoror» se ha convertido con el paso del tiempo en una leyenda, en un libro maldito de culto. La obra, un amargo y feroz alegato en contra de la miserable condición humana y de su último responsable, el Creador, comienza con la siguiente advertencia: «Plegue al cielo que el lector, enardecido y vuelto momentáneamente feroz como lo que lee, encuentre sin desorientarse su camino abrupto y salvaje a través de las desoladas ciénagas de estas páginas sombrías y llenas de veneno…» La presente edición, a cargo de Mauro Armiño, se complementa con las «Poesías» y «Cartas», que conforman la obra completa de Isidore Ducasse. Ilustrada a color por Santiago Caruso.

LAUTRÉAMONT (BACHELARD, GASTON)
Profundo ensayo encaminado a ubicar la figura de Isidore Ducasse - Lautréamont, para efectos literarios- y revaluar los méritos estéticos y formales de sus célebres Cantos de Maldoror, que han conmovido e incluso determinado a generaciones de poetas a lo largo de un siglo, con sus proposiciones iconoclastas que rayan en la locura.