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Resultados de la búsqueda para: La ciudad de Dios
La ciudad de Dios, cuyo título original en latín es De civitate Dei contra paganos, es decir, La ciudad de Dios contra los paganos, es una obra en 22 libros escrita por Agustín de Hipona durante su vejez y a lo largo de quince años, entre el 412 y el 426. Constituye una apología del cristianismo, en la que se confronta "la ciudad celestial" a "la ciudad pagana". Las numerosas digresiones permiten al autor tratar temas de muy diversa índole, como la naturaleza de Dios, el martirio o el judaísmo, el origen y la sustancialidad del bien y del mal, el pecado y la culpa, la muerte, el derecho y la ley, la contingencia y la necesidad, el tiempo y el espacio, la providencia, el destino y la historia, entre otros muchos temas.ÍndiceNota a la presente edición.- Sigla codicum.-Liber VI.- Liber VII.- Liber VIII.
TEXTO PARA LA CONTRAPORTADA El pensamiento de SAN AGUSTÍN DE HIPONA (354-430), formulado al final de la Edad Antigua, atraviesa y configura la Edad Media; se vierte después en la Edad Moderna y llega hasta la Contemporánea por el flujo de una tradición en la que entran autores tan diversos como San Isidoro, San Anselmo, Santo Tomás, Lutero, Descartes, Pascal, Hegel y Wittgenstein entre otros muchos. Dentro de la enorme producción literaria del gran Obispo, sus veintidós libros de La Ciudad de Dios despliegan sus ideas fundamentales y permanecen como una de las obras de mayor relevancia a lo largo de los siglos. La presente edición abreviada de La Ciudad de Dios de San Agustín comienza con un estudio preliminar que encuadra en su contexto histórico este importante y extenso tratado del Doctor de la Gracia, y señala las pautas para identificar sus ejes y temas principales. A continuación, se ofrece una amplia, densa y representativa selección de los mejores pasajes de una obra que no sólo es síntesis de la doctrina agustiniana, sino también una de las más influyentes en la configuración de la identidad europea, en el desarrollo de la filosofía y la teología posteriores y en la historia occidental. Esta selección va acompañada de notas a pie de página que ayudan a comprender el sentido de los textos. Finalmente, la síntesis del contenido del magnus opus consigue dar una visión general de todos sus libros y capítulos, y sirve también para encuadrar la selección de textos en el conjunto de la obra.ÍndiceAgradecimientos. En los orígenes de la Filosofía de la Historia: la fundación de la cultura cristiana. ESTUDIO PRELIMINAR. LA CIUDAD DE DIOS (selección de textos). Estructura de la obra y notas sobre la selección. 1.ª parte. Primer volumen: Libros I-V. Segundo volumen: Libros VI-X. 2.ª parte. Tercer volumen: Libros XI-XIV. Cuarto volumen: Libros XV--XVIII. Quinto volumen: Libros XIX-XXII. EXPOSICIÓN SINTÉTICA DE LOS LIBROS. Notas sobre la exposición sintética. ANEXOS. A. Bibliografía básica. B. Juicios y opiniones sobre San Agustín y La ciudad de Dios.
Obra compuesta de ciento cuarenta y dos libros de la que solo se conserva una tercera parte: del 1 al 10 y del 21 al 45. Livio no estudió fuentes originales, ni conoció personalmente los lugares en que transcurre la acción, ya que la amplitud del tema no se lo hubiera permitido. Al igual que la mayoría de los historiadores precedentes, se basó en la labor de los analistas, que van desde Fabio Píctor hasta Licinio Macer, pasando por Claudio Cuadrigario y Valerio Antias, etc. El libro relata la época de la monarquía romana, la historia de la República hasta la invasión de los galos, las guerras de los samnitas (del libro 1 al 10), la guerra con Aníbal (del libro 21 al 30), y de los hechos sucedidos hasta el triunfo de Emilio Paulo (del 31 al 45). En el relato de Livio nos encontramos muchas inexactitudes y discrepancias cronológicas debidas a su sistema de trabajo, ya que recurría a diversas fuentes para completar y corregir sus datos. Además su patriotismo le lleva a falsificar en cierto modo su narración acentuando o suprimiendo algunos detalles. Influido por el estoicismo, ve el ascenso de Roma como algo providencial. Le gusta también interpretar psicológicamente su visión filosófica de la historia, intenta comprender desde lo más íntimo los hechos, los esfuerzos y acciones de todos los personajes. Aunque como historiador debería relatar los hechos con fidelidad, su pretensión de aunar la historia con la poesía, por el estilo y forma de tratarla, lo lleva a escribir episodios de gran eficacia emocional y artística.